Debido al proteccionismo que desencadenaron las tensiones comerciales y, ahora, en medio de una convulsión mundial por cuenta de la pandemia, se han cuestionado también los paradigmas del comercio mundial y del sistema económico globalizado

Por: Maria Claudia Lacouture, Directora Ejecutiva de AmCham Colombia

Es costumbre usar tópicos para explicar coyunturas de nuestros tiempos. O los astros están alineados o es la tormenta perfecta. En ambos casos parecieran cuestiones del destino, pero en cualquier caso lo más importante es tener la información necesaria para aprovechar los astros alineados o ponerse a salvo de la tormenta.

Primero por el proteccionismo que desencadenaron las tensiones comerciales y, ahora, en medio de una convulsión mundial por cuenta de la pandemia, se han cuestionado también los paradigmas del comercio mundial y del sistema económico globalizado, y eso ha llevado a replantear prioridades, e incluso los principios sobre los cuales debemos edificar la nueva realidad, sea temporal o permanente, y cómo sacar el mejor provecho.

Colombia podría tener los astros alineados en este momento si aprovecha la actual coyuntura para posicionarse como un país emergente capaz de ofrecer soluciones a la confusión mundial, donde los capitales buscan refugios seguros, donde las empresas procuran lugares con estabilidad y garantías, donde el mercado se ajusta ante el desmoronamiento del sistema globalizado y trata de reacomodar su actividad productiva.

En ese escenario y ante la urgencia de tener proveedores más cercanos, Colombia debe replantear una nueva visión y reformular su propuesta de valor como país, tomar decisiones sobre el norte productivo y competitivo acorde a las nuevas circunstancias.

¿Para qué darle largas si ya tenemos suficiente información y bastantes análisis? Estamos frente a una oportunidad que requiere voluntad política y respaldo privado, redefinir las prioridades productivas, replantear su matriz exportadora y atraer inversión adecuada a nuestras ventajas competitivas reveladas. Ante la reconfiguración del comercio y la transformación de las cadenas se están dando las oportunidades y no podemos estar ausentes.

De acuerdo con un estudio que hemos desarrollado con el economista David Ibáñez desde la Cámara de Comercio Colombo Americana, AmCham Colombia, hay oportunidades tangibles en más de 108 partidas tanto para exportar EE.UU., principal comprador del mundial y principal socio comercial de Colombia, como para atraer inversión extranjera.

Es evidente, por ejemplo, que los productos intermedios serán los protagonistas en el resurgimiento del comercio teniendo en cuenta que estos permitirán la trasformación de materias primas, de procesamiento y terminado dentro de cadenas regionales, dándole rapidez de entrega y certeza en su distribución.

La guerra comercial se ha traducido en un recorte de -28% en las importaciones estadounidenses de bienes para consumo final de China, pero el recorte asciende a -43% para bienes intermedios.

Las exportaciones de bienes intermedios a China también registraron una caída del -31%, en parte debido a las represalias, pero también debido al impacto de los aranceles estadounidenses al valor agregado estadounidense contenido en los productos chinos seleccionados.

Hay más de 30 países que han aprovechado la disminución de las exportaciones de China en más de 88 billones, donde Colombia solo tiene una participación menor al 0,3%.

La pandemia aceleró el proceso de reorganización del comercio con variables que Colombia tiene con qué ofrecer. El reto no es menor pero el momento es ahora o nunca.