Alberto Jiménez, gerente general de Compas, señaló que esta obra le permitirá a ese puerto atender buques de los que pasan por el Canal de Panamá (megabuques).

Mientras los directivos de Compas hacían sus proyecciones sobre el impacto que la ampliación de su terminal en Cartagena tendrá en el comercio exterior colombiano y en la generación de empleo en la ciudad, los ambientalistas mostraban su preocupación por los efectos ambientales de la obra y las comunidades expresaron su miedo por eventuales afectaciones en sus viviendas.

Así se podría resumir la reunión informativa que convocó ayer la ANLA para socializar el proyecto de ampliación del Terminal Compas Cartagena, acto previo a la audiencia pública del 23 de febrero.

Alberto Jiménez, gerente general de Compas, señaló que esta obra le permitirá a ese puerto atender buques de los que pasan por el Canal de Panamá (megabuques), lo  que se convierte en “una  nueva alternativa para la atención del desarrollo del comercio exterior a nivel mundial, una alternativa adicional en la Bahía y que Compas también participe en un mercado que es atractivo para sus accionistas y trae beneficios a la comunidad y zonas de influencia”.

La solicitud de Compas prevé la recuperación de un área de 4, 2 hectáreas para incorporarla al manejo de contenedores, estudios que son valorados por la ANLA.

La inversión completa con el equipamiento es de 200 millones de dólares.La obra, de obtener licencia ambiental, demoraría 3 años en su ejecución. Se generarían 300 empleos directos y 1.500 indirectos.

Compas mueve hoy solo 100 mil contenedores/año, de los más de 2 millones que se mueven en de toda la bahía.

“No hay Plan B, se hace o no se hace  el proyecto”, precisó Jiménez.

En la reunión, los representantes de la ANLA explicaron la dinámica de la Audiencia Pública del 23 de febrero e hicieron énfasis en que para la fecha quienes deseen intervenir deberán inscribirse en la página web de la entidad (www.anla.gov.co), antes del 19 de este mes.

Al encuentro asistieron representantes de las comunidades vecinas a Compas (El Zapatero, Boque Central y Manzanillo). También acudieron representantres de otras instalaciones portuarias vecinas, líderes, representantes del Concejo, ambientalistas, entre otros.

El tema que más preocupa es el oleaje que pueden producir los megabuques que lleguen a ese terminal y su impacto en el Caño Zapatero, como también el relleno de cerca de 4 hectáreas que están entre el continente y la isla del Diablo.

Los estudios de Compas no revelan impactos significativos sobre el medio ambiente, pero los ambientales aún tienen dudas.

La ANLA será quien defina si otorga o no la licencia ambiental para ese proyecto.

Fuente:  El Universal