Dos años en una vía de un carril

En los primeros dos años de la administración del presidente Gustavo Petro, Colombia ha transitado una vía de un solo carril, con semáforos que han marcado diferentes ritmos de avance, tropiezo y freno en las áreas clave de su gestión.

Semáforo verde, buenas intenciones sociales y respeto a la legalidad institucional:

Se han logrado avances relevantes en temas como la reducción del déficit del Fondo de Estabilización de Precios de los Combustibles y el cumplimiento de los compromisos internacionales de pago de deuda. Los índices también muestran una tendencia a la reducción de la pobreza, mejora en la equidad y control de la inflación. Además, la dinámica macroeconómica continúa estable y se han reforzado las relaciones comerciales con Estados Unidos, abriendo oportunidades en diversos frentes.

Semáforo amarillo, regulares resultados económicos:

En términos económicos y manejo de recursos públicos, los resultados han sido mixtos. Aunque se ha mantenido dentro del marco de la regla fiscal, los mensajes contradictorios del Ejecutivo han suscitado incertidumbre entre los inversionistas y reducido la confianza para la inversión.

Semáforo naranja, limitado espacio para el diálogo político, con inestabilidad administrativa y dispersión partidista, además de baja ejecución de presupuesto, inseguridad jurídica e incertidumbre inversionista:

La falta de diálogo político, estabilidad administrativa y concertación partidista han sido puntos débiles en la administración de Petro. La ausencia de consensos y el tránsito de propuestas de reforma inconsultas han alimentado la polarización política y social. La alta rotación de funcionarios y la pérdida de experiencia técnica en organismos gubernamentales, así como la ausencia de liderazgo en agencias regulatorias clave, son preocupaciones señaladas por los inversionistas.

En el Congreso, las reformas propuestas por el Gobierno han hecho trámite en su gran mayoría de manera no consensuada. Ello ha impedido que las reformas tengan el alcance suficiente para resolver los grandes retos del país. Y hay que sumar la baja ejecución presupuestal, en especial del presupuesto de inversión, fundamental para adelantar acciones que permitan reactivar la economía y el desarrollo económico.

Además, la incertidumbre creada por los mensajes contradictorios del Gobierno en materia económica, sumado al concepto de soberanía nacional en sectores económicos clave, ha generado altos niveles de incertidumbre y un clima empresarial afectado.

Semáforo rojo, deterioro en la seguridad física y escándalos de corrupción han afectado la credibilidad de altos funcionarios del Gobierno:

Probablemente el área más crítica ha sido la seguridad. Aumentaron los secuestros, las extorsiones y las interrupciones al sistema productivo, mientras que los diálogos de paz emprendidos por el Ejecutivo no parecen llegar a puerto alguno.

Reflexión y camino a seguir:

El camino para lograr una nación más justa y próspera requiere poner a los colombianos como prioridad -no solo a unos pocos-, separar la ideología de las acciones necesarias, promoviendo políticas inclusivas, sin importar sus diferencias ideológicas o sociales.

Además, es crucial garantizar la seguridad física y jurídica para propagar confianza y demostrar que Colombia cuenta con las condiciones adecuadas para la inversión.


Fuente: La República

Tomado de: https://www.larepublica.co/analisis/maria-claudia-lacouture-402341/dos-anos-en-una-via-de-un-carril-3921971

Imagen: La República